-Liam.
La
cara de Chelsea era un completo poema.
¿Qué
hacía Liam ahí? No le apetecía nada hablar con nadie, y menos con él. Pero…
¿cómo sabía él la dirección de su casa? Si habían sido sus amigos los que se lo
habían dicho, estaba segura de que esos dos no se iban a ir de rositas.
-Hey-
contestó Liam, inseguro y rascándose la cabeza.
Pero
no iba a gritarle ahora; su madre vendría y preguntaría por lo que pasaba, y no
era plan de que se enterara de que ya no tenía la cámara.
-¿Es
que eres tú el novio de mi madre?
Chelsea
se auto-aplaudió a ella misma en su mente. Se había propuesto no pelear con
Liam en aquel inoportuno momento por varios motivos relacionados con su madre y
su bajo humor, pero se decepcionó a ella misma al ver la tontería que acababa
de soltarle a él con tal de no empezar a gritarle.
-¿Eh?-
y, cómo no, Liam la miró perplejo.
-¿Quién
es, Chels?
Al
ver que tardaba tanto, su madre se lo preguntó desde el comedor. Ella miró a
Liam directamente a los ojos y, tras un silencio, respondió con un grito.
-Nadie-
dijo con voz amable, aunque su mirada, la cual mantenía fija en Liam, decía
todo lo contrario; era cortante.
Dicho
esto, Chelsea se dispuso a cerrarle la puerta en las narices, pero algo se lo
impidió. Al mirar al suelo, descubrió que Liam había impedido que le dejara ahí
plantado colocando su pie entre la puerta y el marco de esta. Ella se sintió un
poco culpable, sus intenciones eran de dar un portazo y aquello debía de
haberle dolido. Al elevar la mirada, comprobó que sus predicciones no eran para
nada mentira.
-Auch-
gimió, con una mueca.
-¡Perdona!
La
chica se asustó un poco. Había sonado demasiado desesperada y no podía
mostrarse así en aquel momento, era la típica ocasión repetida en la que debía
mantener sus murallas inderrumbables y mostrar su faceta enfadada. Diciéndole
“perdona” demostraba algo de debilidad e incluso de que se compadecía, y eso no
se lo podía permitir.
Se
sentía preocupada por haberle hecho creer a Liam que ella no se sentía mal en
aquel momento cuando en realidad no era así. No vio otra mejor opción a todo
ello que escapar de la situación volviendo a cerrar la puerta ahora que no
había nada que lo pudiera impedir. Puso su mano sobre la manivela e intentó
cerrarla bruscamente, pero Liam, que fue más rápido que ella, la sujetó y lo
evitó.
“Maldita
sea, este chico tiene reflejos”.
Chelsea
sintió un sentimiento, quizá cercano al miedo, quizá cercano a la pesadez. Él
tenía mucha más fuerza que ella y no quería imaginarse de lo que era capaz de
hacer para que terminara por hablar con él en aquel momento. No tenía pinta de
ser mal chico ni de que llegara a recurrir a ello, para nada, pero todas sus
experiencias personales le habían demostrado que nada, absolutamente nada, es
lo que parece.
-Chelsea,
solo quiero hablar.
Aún
sosteniendo la puerta, se acercó a ella y la miró profundamente a los ojos.
Algo en su forma de mirarla hizo que Chelsea sintiera que, a través de los
ojos, le estaba mirando al alma, que leía sus pensamientos, que sabía lo que
ella sentía. Esto le provocó un extraño malestar, pero sabía que si retiraba la
mirada mostraría otra flaqueza más, y no era plan de salirse otra vez de su
papel.
-El
problema es que yo no.
-Pero…
-Liam-
le interrumpió-, me parece muy triste
que te lo tenga que decir yo, pero no puedes ir por ahí agobiando a la gente.
Solo dame tiempo.
-¿Tiempo?
Hablas como si hubiera matado a tu gato o algo.
-Tú
no lo entiendes.
-¡Oh,
vamos!- Liam se desesperó un poco- Arreglemos esto.
Chelsea
divisó a un coche aparcando en frente de su casa por detrás de Liam. Supuso que
sería Ben, así que se vio obligada a echar a Liam de una vez.
-Oye,
hablamos luego, ¿va?
Liam
siguió la mirada de Chelsea, que se hallaba clavada en aquel coche,
analizándolo. Él vio a un hombre de alto nivel salir del coche. Por lo que ella
le había dicho nada más abrirle la puerta, pudo comprender que se trataba del
nuevo novio de su madre.
Un
momento.
El
nuevo novio de su madre.
¿Es
que acaso sus padres estaban divorciados? Ni siquiera había llegado a
imaginárselo, sobre todo porque ella no le había dado ni la más mínima pista de
ello. También era verdad que no la conocía bien aún.
-Adiós-
la rubia le sacó de su ensimismamiento, pero para cuando él quiso torcer la
cabeza para volver a hacer contacto visual con ella, sin darle la oportunidad
ni de despedirse, ella cerró la puerta.
La
de su casa y la de su corazón.
* * *
-Y,
¿cuánto te falta? Te estamos esperando, Liam.
Harry
hablaba por teléfono con Liam, que llevaba toda la tarde sin aparecer. Daba
vueltas alrededor de Louis, Niall y Zayn, que estaban sentados en diferentes
sofás del salón de su casa.
-¿Tanto
ha durado la reunión esa?- parecía que Liam le estaba dando explicaciones,
porque Harry asentía.
-Me
encanta cuando la gente asiente cuando habla por teléfono como si la persona
con la que está hablando pudiera ver- comentó Louis, refiriéndose a Harry.
-O
cuando les advierten en voz alta a los protagonistas de las películas de miedo
que no se metan donde está el asesino- le apoyó Niall.
-O
cuando miran a la radio mientras la escuchan, como si fuera a aparecer alguna
imagen de repente y no quisieran perdérselo.
-Esa
es, queridos amigos, la inteligencia humana- zanjó Zayn, que se fue del salón
con una sonrisa.
-Vale,
pues aquí estamos- Harry colgó-. Liam dice que ya está de camino, que se ha
retrasado un poco porque le ha surgido un imprevisto.
-Pues
no sé qué habrá sido, pero podíamos haber ido pidiendo ya la cena de todas
maneras. Esta mañana he comido poco y mal- Louis se quejó de su hambre mientras
se frotaba el estómago.
-¿Pues
qué has estado haciendo?- la parte curiosa de Harry resurgió.
-Por
ahora tengo que mantenerlo en secreto, gracias.
-Entonces
yo voy a ir pidiendo la cena- Niall, ignorante de lo demás, se levantó del sofá.
Le gustaba estar en movimiento mientras mantenía una conversación telefónica-.
Lo de siempre, ¿no?
-Sí.
Zayn,
que respondió por los demás, volvió a entrar en la habitación con un refresco…
y con Liam.
-¿De
dónde vienes a estas horas, jovencito?- Louis le señaló con el dedo, adoptando
su postura de madre
protectora.
-Oh no- rió Liam- Ya he tenido dos madres hoy, no me apetece tener
tres, gracias.
Ante el
desconcierto, todos le miraron de tal forma que llegaba a resultar graciosa.
-Si, ehh... Quería hacer un encargo...- Niall decidió irse de la habitación en cuanto Nando’s respondió a su llamada.
-Desde que puedes beber estas hecho un borrachín- dijo Harry-. Por lo de ver el doble y eso.
-No, no ha sido eso, de verdad- Liam soltó una carcajada al recordar el momento “madre-hijo” que tuvo con Ed. Definitivamente, era un tío genial-. Es que... Ha pasado algo raro. Dejémoslo.
-Raro, ¿eh? Miedo me da preguntarte- Louis puso una expresión pícara.
-Y, ¿que tal por allí? ¿Cual era la noticia que tenían que darte?- Zayn se interesó más sobre el tema importante mientras se acomodaba en su sofá.
-Ya he pedido la cena, nos la traerán en un rato. También he pedido para ti, Liam- Niall se tiro encima de Harry.
-¿Nando's?
-Por supuesto.
-Y me pregunto si contestarás a mi pregunta- retomó la conversación Zayn, haciendo que todos rieran ligeramente por esa faceta de reproche que rara vez sacaba.
-Sí, sí... Pues mi prima segunda acaba de tener una hija. Y tiene mi edad.
-¿En serio?
-Vaya.
-No, pero no es malo. Es decir, es joven y tal, pero el chico y ella están muy enamorados así que con su apoyo, ella se siente bien. Es más, él también ha estado allí. Y, ¿sabéis que?
-Cuéntanoslo- ese chico tenía que saberlo todo.
-Ese chico es el amigo rubio de la que se sentó conmigo en la montaña rusa. Zayn, “La del pelo raro”, para que me entiendas. Por lo tanto, ella y el otro moreno también han ido, aunque no forman parte de la familia. Mi prima y su novio dicen que sí, pero me refiero a que no lo son literalmente.
-¡¿Qué me dices?!
-¡Uhh!
-Woah.
-¡Tío!- Harry empezó a aplaudir- El destino te quiere decir algo.
-¡Vaya que sí!- le secundó Louis- Ya te encontraste con esa chica en el hospital otra vez.
-Con lo grande que es Londres y tú ya te la has encontrado tres veces. ¡Tres!- dijo Zayn.
-¡El destino!- canturreó Niall.
-Pues el destino se puede ir un poco a tomar por viento.
-¡Woah! Qué rudo- exageró Louis.
-¿Ha pasado algo malo?
-Pues salimos al jardín a jugar al fútbol con los niños y... Le pase el balón a ella pero no pudo cogerlo a tiempo y le dio a su cámara de fotos profesional, que gracias a ese tal destino de que habláis, estaba puesta contra la pared del patio, en el suelo.
-Hay que tener mala pata- Niall chasqueó la lengua
-Y ahora está enfadada conmigo y no me quiere hablar. He ido hace un rato a su casa a disculparme, pero me ha echado y me ha dicho que "necesitaba tiempo". Realmente está hecha una furia conmigo.
-Quizá es que su trabajo dependiera de su cámara.
-No, no trabaja.
-La has liado, Liam. Si a mi me llegaras a romper la mía...
-Tu podrías comprarte otra, Harry, tienes miles en el banco.
-Pues ahí lo tienes- le dijo Zayn a Liam-. Tan fácil como eso.
Llamaron al timbre y Niall fue a abrir la puerta. Lo más seguro es que fuera la cena. Los chicos se levantaron también y fueron al saloncito donde tenían una televisión inmensa de pantalla plana donde solían cenar al mismo tiempo que jugaban a la XBox.
-Si, ehh... Quería hacer un encargo...- Niall decidió irse de la habitación en cuanto Nando’s respondió a su llamada.
-Desde que puedes beber estas hecho un borrachín- dijo Harry-. Por lo de ver el doble y eso.
-No, no ha sido eso, de verdad- Liam soltó una carcajada al recordar el momento “madre-hijo” que tuvo con Ed. Definitivamente, era un tío genial-. Es que... Ha pasado algo raro. Dejémoslo.
-Raro, ¿eh? Miedo me da preguntarte- Louis puso una expresión pícara.
-Y, ¿que tal por allí? ¿Cual era la noticia que tenían que darte?- Zayn se interesó más sobre el tema importante mientras se acomodaba en su sofá.
-Ya he pedido la cena, nos la traerán en un rato. También he pedido para ti, Liam- Niall se tiro encima de Harry.
-¿Nando's?
-Por supuesto.
-Y me pregunto si contestarás a mi pregunta- retomó la conversación Zayn, haciendo que todos rieran ligeramente por esa faceta de reproche que rara vez sacaba.
-Sí, sí... Pues mi prima segunda acaba de tener una hija. Y tiene mi edad.
-¿En serio?
-Vaya.
-No, pero no es malo. Es decir, es joven y tal, pero el chico y ella están muy enamorados así que con su apoyo, ella se siente bien. Es más, él también ha estado allí. Y, ¿sabéis que?
-Cuéntanoslo- ese chico tenía que saberlo todo.
-Ese chico es el amigo rubio de la que se sentó conmigo en la montaña rusa. Zayn, “La del pelo raro”, para que me entiendas. Por lo tanto, ella y el otro moreno también han ido, aunque no forman parte de la familia. Mi prima y su novio dicen que sí, pero me refiero a que no lo son literalmente.
-¡¿Qué me dices?!
-¡Uhh!
-Woah.
-¡Tío!- Harry empezó a aplaudir- El destino te quiere decir algo.
-¡Vaya que sí!- le secundó Louis- Ya te encontraste con esa chica en el hospital otra vez.
-Con lo grande que es Londres y tú ya te la has encontrado tres veces. ¡Tres!- dijo Zayn.
-¡El destino!- canturreó Niall.
-Pues el destino se puede ir un poco a tomar por viento.
-¡Woah! Qué rudo- exageró Louis.
-¿Ha pasado algo malo?
-Pues salimos al jardín a jugar al fútbol con los niños y... Le pase el balón a ella pero no pudo cogerlo a tiempo y le dio a su cámara de fotos profesional, que gracias a ese tal destino de que habláis, estaba puesta contra la pared del patio, en el suelo.
-Hay que tener mala pata- Niall chasqueó la lengua
-Y ahora está enfadada conmigo y no me quiere hablar. He ido hace un rato a su casa a disculparme, pero me ha echado y me ha dicho que "necesitaba tiempo". Realmente está hecha una furia conmigo.
-Quizá es que su trabajo dependiera de su cámara.
-No, no trabaja.
-La has liado, Liam. Si a mi me llegaras a romper la mía...
-Tu podrías comprarte otra, Harry, tienes miles en el banco.
-Pues ahí lo tienes- le dijo Zayn a Liam-. Tan fácil como eso.
Llamaron al timbre y Niall fue a abrir la puerta. Lo más seguro es que fuera la cena. Los chicos se levantaron también y fueron al saloncito donde tenían una televisión inmensa de pantalla plana donde solían cenar al mismo tiempo que jugaban a la XBox.
Liam, sin
embargo, se quedó todavía en el sofá, sentado, pensando en lo que Zayn le
acababa de decir.
(Hay más capítulo después de la foto)
* * *
-Muy rica la cena. ¿La has hecho tú Linda?
-Sí todo es casero- la madre de Chelsea sonrió, ocultando su satisfecha
sonrisa tras una servilleta.
-Mi madre tiene muy buena mano para la cocina- la halagó Chelsea-. Hace unos
canelones riquísimos. Iguales que los de mi abuela, que siempre que viene a
casa en vacaciones dice que la comida de mi madre le recuerdan a Italia. Está
en los genes.
-Sí ya me
contó tu madre antes que ella es italiana- dijo Ben-.Tú tienes dos
nacionalidades mezcladas entonces, ¿verdad?- ella asintió- Nunca he probado tus
canelones, Linda, pero me imagino que sabrán muy bien.
-Algún día te los haré- sonrió Linda.
-Eso espero. Yo apenas sé freírme un huevo...- Linda se rió tontamente, pero a
Chelsea le pareció un penoso intento de chiste.
-Y, Ben, ¿en que trabajas?- la fiesta acababa de empezar para la rubia.
-Trabajo de notario- sus ojos destellaban, lo que indicaba su orgullo-. Siempre
quise serlo, así que estoy cómodo con este trabajo. ¿Tú que estudias?- preguntó
de vuelta.
Las
mejillas de Chelsea se tornaron en un avergonzado rojo. No quería decírselo,
pero tampoco quería mentirle porque, si su madre y el acababan casándose, Ben
empezaría a sospechar. Y no era plan de llevarse mal con el amor de su madre.
-No estudio- Ben alzó las cejas.
-¿No estudias? Vaya- suspiró, con un tono de suficiencia tan elevado que hizo
que Chelsea alzara una ceja-. Eso es algo que nunca me ha gustado en los
jóvenes. Debéis construíos un futuro, no quedaros sin hacer nada ahora y
disfrutar de la vida. ¿No pensáis en un mañana? Esa ignorancia hacia la
sabiduría... Me puede.
Chelsea se puso roja. Pero no precisamente solo por vergüenza.
Se levantó de la mesa bruscamente.
-Es que no todos podemos permitirnos la carrera que queremos- reprochó ella con
tono molesto.
Y tan molesto.
Y se fue del comedor mientras Ben le miraba de forma superior y su madre
agachaba la cabeza.
Entró en su
habitación y cerró de un portazo, sin importarle que la puerta se rompiera,
aunque no creía que tuviera la fuerza suficiente. Se acercó a paso rápido a los
cajones de su escritorio y abrió el primero.
Nada.
Lo cerró
bruscamente y abrió el segundo, rebuscando en él.
Nada.
Desesperadamente,
al no encontrarlo, abrió el tercero.
Y ahí estaba.
Nothing
Personal.
Abrió la caja
del disco y lo puso delicadamente en el reproductor de música. Sí, estaba muy
cabreada y no tenía paciencia, pero aún guardaba la suficiente como para tratar
bien sus discos.
Mientras se
cargaba, se tiró a su cama boca abajo sobre el cojín azul que aún estaba sobre
ella- ni siquiera le había dado tiempo a guardarlo ya que lo usó esa misma
tarde-, quedando este a la altura de su cara.
Lo que más
rabia le daba a Chelsea entre todas las cosas era que alguien pudiera ser tan
ignorante como lo era Ben. Ella no podía hacer una carrera; el escaso dinero
que se ingresaba en su cuenta les servía para poco más que sobrevivir.
El disco
cargó y comenzó a sonar.
Weightless.
(El texto
está colocado de forma que podáis escuchar la canción al mismo tiempo que
leéis, aunque os aconsejo que no os paréis mientras lo hacéis porque va muy
seguido todo)
Manage me,
I’m a mess
Ese día había
sido una auténtica mierda. Había perdido el objeto más valioso para ella y la
confianza con su madre cuando se trataba de hombres. Ella siempre escogía a los
peores, y Chelsea ya estaba cansada de sentirse con tanto peso en lo hombros.
I wanna feel weightless, and that should be enough
Y no sabía
qué hacer.
But I’m stuck in this fucking rut
Y siempre la
misma rutina: Linda se enamoraba de malotes- al ser treinta añeros, ya no eran
tan pasables-. Chelsea siempre le decía que ese no era el camino. Ella no le
hacía caso y acababa mal porque la engañaban o la insultaban. Le dolía pensar
que podía comparar a su madre con la típica estudiante de instituto que siempre
se enamora del guapote de turno que acaba siendo un gilipollas.
And maybe is not my weekend, but it’s gonna be my year
No. No
dejaría que esa dañina historia volviera a repetirse. Lo único que traía era
problemas.
Ella solo
quería pararlo… aunque sería muy difícil.
And this is my reaction to everything I fear
Mordió el
cojín y ahogó un chillido en él.
Deseaba que
esa mala racha- si así podía llamársele, porque su madre ya se comportaba así
con el género masculino desde hace muchos años- terminara ya. Esas relaciones
no hacían ningún bien en la familia; su madre lo pasaba mal por un amor falso
recreado en su cabeza por ella misma y encima, Chelsea y ella discutían por
ello. Linda le decía que ella ya era lo mayor suficiente como para decidir con
quién salía y con quién no, y Chelsea siempre le rebatía con que también era lo
suficientemente mayor como para quedar con gente decente y no con cualquier
tipo que le recordara a un aventurero amor adolescente. Linda aún guardaba un
espíritu joven dentro, y eso su hija no lo negaba, pero ella también era joven
y nunca había hecho lo que su madre.
Cuando vio a
Ben, creyó que esta iba a ser la definitiva; al verlo salir por la puerta de su
lujoso coche le pareció que al menos, era un hombre decente. Aunque las
apariencias engañan. Sí, tenía estudios, buen sueldo… Pero, ¿de qué le servía
todo eso si se comportaba así con ella? No le molestaba la presencia de Ben,
sino que su madre estaba demasiado desesperada por encontrar a alguien con
quien compartir su vida.
Un
pensamiento cruzó la cabeza de Chelsea como un soplo de aire, fugaz.
“Todo esto no habría pasado si mi verdadero padre no hubiera
sido un cabrón”
Una salada y
solitaria lágrima, aunque cargada de sentimientos, se deslizó por su mejilla.
(Hay más capítulo después de la foto)
-Prometiste
no llorar por él- susurró para ella misma, enfadada.
Se apartó la
lágrima rápidamente con la palma de la mano y decidió sacar su móvil. Al menos,
así no tendría que pensar más en su padre. Además, tenía un plan que realizar.
Se le ocurrió que podría llamar a Ed. Su madre tiene muchos amigos de la época
de Linda, así que podrían buscar a un pretendiente en condiciones. Estaba a
punto de teclear para llamarle, pero antes de eso, alguien llamó a la puerta. Por una
milésima de segundo se le pasó por la cabeza que Liam estaba detrás de la
puerta, otra vez, esperando que le disculpara.
-Adelante- dijo la chica, a sabiendas de que no se trataba de su amigo el patoso, de forma molesta.
Linda se asomó a través de la puerta de madera que había entornado, buscando en la mirada de Chelsea si esta le daba su permiso para pasar y hablar. Ella solo asintió.
-¿Te importa si bajo la música? Así podremos hablar tranquilamente.
Break Your Little Heart ya había empezado a sonar, pero Linda ni siquiera le dio una oportunidad. Bajó el volumen hasta quedarse casi sin él cuando Chelsea ni siquiera le había respondido a su pregunta. Se veía que ya lo daba por hecho.
Su madre se recostó en el escritorio, suspirando, buscando las palabras que decirle a su hija, la cual seguía todos y cada uno de sus movimientos por su habitación.
-Ben no sabía en la situación en la que nos encontramos- dijo al fin.
Le daba igual. Le había faltado al respeto y le había echado en cara cosas sin haberse informado primero.
-Cuando se lo he explicado, se ha sentido mal...
-Tan mal que te ha mandado a ti como mensajera para que te disculpes por él en vez de venir el en persona- replicó.
-Ben se ha ido a su casa, no quería estropear más las cosas.
-Siento que se haya tenido que ir tan pronto por mi culpa, pero no me iba a quedar de brazos cruzados mientras me decía todo eso.
-Te entiendo.
Su madre se quedó en silencio. Chelsea se sentía bastante incómoda; estaba demasiado claro que Linda intentaba defender a Ben, pero incluso ella sabía que se había pasado, aunque ella lo atribuía a los nervios por intentar quedar bien ante su familia. Había quedado como un completo prepotente, pero Linda sabía que el no era así.
-Me gustaría que por una vez me apoyaras en esto, que os llevaseis bien los dos.
-Mamá- Chelsea se levantó de la cama-, yo siempre te he apoyado. Yo confío en ti. Pero a veces, eliges a unos hombres que no me dan buenas vibraciones. Si no apoyo una relación tuya es porque te quiero, y no deseo tu mal. Entiéndelo, por favor.
-Lo sé, lo sé, pero Ben es diferente. Es la primera vez que le veo así. Seguro que estaba tenso y quería quedar como inteligente, aunque ya lo es- su hija se apoyó en el escritorio, junto a ella-. Por favor, créeme. Ben es el definitivo.
Chelsea se quedó mirando un punto fijo en el suelo.
-Haré lo que pueda, aunque hemos empezado con mal pie.
-Otro día volverá y empezaremos de nuevo, y te caerá genial. Lo prometo.
La rubia sonrió débilmente y abrazó a su ingenua madre por largo tiempo. De verdad quería creerla, que Ben solo hubiera actuado así por la tensión y que fuera el definitivo. Pero, por ahora, no sabía si podía.
-Adelante- dijo la chica, a sabiendas de que no se trataba de su amigo el patoso, de forma molesta.
Linda se asomó a través de la puerta de madera que había entornado, buscando en la mirada de Chelsea si esta le daba su permiso para pasar y hablar. Ella solo asintió.
-¿Te importa si bajo la música? Así podremos hablar tranquilamente.
Break Your Little Heart ya había empezado a sonar, pero Linda ni siquiera le dio una oportunidad. Bajó el volumen hasta quedarse casi sin él cuando Chelsea ni siquiera le había respondido a su pregunta. Se veía que ya lo daba por hecho.
Su madre se recostó en el escritorio, suspirando, buscando las palabras que decirle a su hija, la cual seguía todos y cada uno de sus movimientos por su habitación.
-Ben no sabía en la situación en la que nos encontramos- dijo al fin.
Le daba igual. Le había faltado al respeto y le había echado en cara cosas sin haberse informado primero.
-Cuando se lo he explicado, se ha sentido mal...
-Tan mal que te ha mandado a ti como mensajera para que te disculpes por él en vez de venir el en persona- replicó.
-Ben se ha ido a su casa, no quería estropear más las cosas.
-Siento que se haya tenido que ir tan pronto por mi culpa, pero no me iba a quedar de brazos cruzados mientras me decía todo eso.
-Te entiendo.
Su madre se quedó en silencio. Chelsea se sentía bastante incómoda; estaba demasiado claro que Linda intentaba defender a Ben, pero incluso ella sabía que se había pasado, aunque ella lo atribuía a los nervios por intentar quedar bien ante su familia. Había quedado como un completo prepotente, pero Linda sabía que el no era así.
-Me gustaría que por una vez me apoyaras en esto, que os llevaseis bien los dos.
-Mamá- Chelsea se levantó de la cama-, yo siempre te he apoyado. Yo confío en ti. Pero a veces, eliges a unos hombres que no me dan buenas vibraciones. Si no apoyo una relación tuya es porque te quiero, y no deseo tu mal. Entiéndelo, por favor.
-Lo sé, lo sé, pero Ben es diferente. Es la primera vez que le veo así. Seguro que estaba tenso y quería quedar como inteligente, aunque ya lo es- su hija se apoyó en el escritorio, junto a ella-. Por favor, créeme. Ben es el definitivo.
Chelsea se quedó mirando un punto fijo en el suelo.
-Haré lo que pueda, aunque hemos empezado con mal pie.
-Otro día volverá y empezaremos de nuevo, y te caerá genial. Lo prometo.
La rubia sonrió débilmente y abrazó a su ingenua madre por largo tiempo. De verdad quería creerla, que Ben solo hubiera actuado así por la tensión y que fuera el definitivo. Pero, por ahora, no sabía si podía.
Linda se
levantó y se acercó hacia la puerta, dispuesta a irse.
-Por cierto- avisó su madre-. No te preocupes por lo de la cámara. Es una chorrada cabrearse por eso, ¿no crees? Ya compraremos una nueva- y se fue por donde había venido, dejándola sola de nuevo.
Chelsea se quedó perpleja. ¿Cómo sabía ella que ya no tenía la cámara? ¿Cómo sabía que estaba cabreada por eso? ¿Y cómo que "ya comprarían una nueva? Si no tenían dinero ni para llegar a fin de mes.
-Por cierto- avisó su madre-. No te preocupes por lo de la cámara. Es una chorrada cabrearse por eso, ¿no crees? Ya compraremos una nueva- y se fue por donde había venido, dejándola sola de nuevo.
Chelsea se quedó perpleja. ¿Cómo sabía ella que ya no tenía la cámara? ¿Cómo sabía que estaba cabreada por eso? ¿Y cómo que "ya comprarían una nueva? Si no tenían dinero ni para llegar a fin de mes.
Al día siguiente…
-Esta es ahora mismo la mejor en el mercado.
La dependienta colocó sobre el mostrador la caja.
-Viene con el objetivo y el flash incluido, y tiene una cantidad exagerada de píxeles. Deja que lo mire, lo pone por aquí- señaló la caja y seguidamente la levantó, buscando dónde estaba impresa la cantidad de píxeles.
-No, déjalo- dijo Liam-. Yo no entiendo de cámaras, así que, si me dices que es la mejor, me fío. Me la llevo.
-Como veas- la dependienta aceptó. De todas maneras, se iba a llevar el dinero, así que le daba igual que el no supiera lo que estaba comprando. Sonaba malévolo, pero era la verdad-. Te la envuelvo para regalo, ¿verdad?
-Si- soltó una carcajada al ver que había deducido por qué se la llevaba.
Había buscado en Internet tiendas donde comprar cámaras fotográficas de calidad en Londres, y esa era la que más estrellitas tenía en su pagina web, por lo que decidió acudir a ella. “Las estrellitas nunca engañan”- le dijo Niall.
Tras haber
pensado en lo que Zayn le dijo indirectamente la noche anterior, había ido para
comprarle la cámara a Chelsea para compensarla por haberle roto la suya. Aún se
sentía mal por ello, pero también seguía sin entender que ella pudiese llegar a
enfadarse así por un accidente. Un accidente que le saldría bastante caro.
"Mujeres" suspiró mentalmente.
Gracias a que Liam era una estrella del pop adolescente, podía permitirse comprar la cámara más moderna y de más calidad para ella. Así, pensó, invertiría su sueldo de manera poco egoísta. De cualquier forma, él había sido el que rompió la que Chelsea antes tenia.
-Aquí tienes.
-Toma la tarjeta.
"Mujeres" suspiró mentalmente.
Gracias a que Liam era una estrella del pop adolescente, podía permitirse comprar la cámara más moderna y de más calidad para ella. Así, pensó, invertiría su sueldo de manera poco egoísta. De cualquier forma, él había sido el que rompió la que Chelsea antes tenia.
-Aquí tienes.
-Toma la tarjeta.
La chica
cobró la compra y Liam volvió a su coche, dejando la bolsa con la cámara en el
asiento del copiloto. Arranco el coche e hizo una llamada para hablar mientras
conducía, ya que su coche era de última generación y tenía opción de teléfono
con manos libres.
-¿Guasabi?
-No, Liam.
-¡No pidas, que no me gusta!- ¿se habría equivocado de numero?-. ¡Liam, tío! Estaba hablando con Juliet, quiere pedir comida a domicilio. Pero dime, que te escucho- no, había marcado bien.
-Haremos como que esto no ha pasado.
-Por mí, bien.
-En fin, Colin, que quería pedirte un favor.
-Dispara.
-¡Pium!
-Sabes a lo que me refiero- carcajeó.
-Pues verás, quería reencontrarme con Chelsea, pero creo que no va a ser posible por mi cuenta porque ayer... Bueno, digamos que no le hizo mucha gracia.
-¿Ayer? ¿Por lo que paso en la casa de Juliet, dices?
-No- Liam paró en un semáforo-. Después, a la noche, fui a su casa a disculparme.
-Eso es muy pronto, ¿como no esperaste hasta hoy? O incluso mañana.
-Eso me dijo ella.
-Tío- Colin se rió-, la has hecho buena.
-Y por eso mismo lo quiero arreglar. Acabo de comprarle una cámara, la mejor del mercado según la dependienta.
-Venga ya, ¿si?- el semáforo se puso en verde y arrancó.
-Ahá. Un amigo me dio la idea.
-Ese amigo tuyo es un genio, seguro que a la rubia le hace ilusión.
-Algún día te lo presentaré- comentó, acordándose de Zayn-. Pues eso espero. No te creas que valía poco.
-¡Pero si eres un cantante famoso! Seguro que aún te queda para comprarte una casa en la costa- Liam respondió con una risa mezclada con un suspiro-. Entonces supongo que quieres que quede con Chelsea y que la engañe, haciéndola creer que solo estaremos nosotros y Ed, porque supongo que querrá ver su reacción, y que luego aparezcas tú, ¿verdad?
-Bingo.
-¡Bah! Yo tenia línea- bromeo.
-¿Cuándo te viene bien?- su chiste fue tan malo que ni se molestó en comentarlo.
-Ah, ¿es que soy yo el que tiene la agenda repleta de entrevistas y conciertos?
-Tu tienes un bebe, también estarás atareado. ¿Qué tal mañana por la tarde?
-Vale, pero mucho tiempo libre tienes tú para ser quien eres.
-Justo te digo mañana porque hoy tengo ensayo.
-Pues me parece bien- afirmó-. ¡Sal tu a abrir, yo voy a poner la mesa!- al fondo se oyó el llanto de Rosie- Mañana ven a las seis a casa de Juliet. Y tráete la cámara.
-¿Guasabi?
-No, Liam.
-¡No pidas, que no me gusta!- ¿se habría equivocado de numero?-. ¡Liam, tío! Estaba hablando con Juliet, quiere pedir comida a domicilio. Pero dime, que te escucho- no, había marcado bien.
-Haremos como que esto no ha pasado.
-Por mí, bien.
-En fin, Colin, que quería pedirte un favor.
-Dispara.
-¡Pium!
-Sabes a lo que me refiero- carcajeó.
-Pues verás, quería reencontrarme con Chelsea, pero creo que no va a ser posible por mi cuenta porque ayer... Bueno, digamos que no le hizo mucha gracia.
-¿Ayer? ¿Por lo que paso en la casa de Juliet, dices?
-No- Liam paró en un semáforo-. Después, a la noche, fui a su casa a disculparme.
-Eso es muy pronto, ¿como no esperaste hasta hoy? O incluso mañana.
-Eso me dijo ella.
-Tío- Colin se rió-, la has hecho buena.
-Y por eso mismo lo quiero arreglar. Acabo de comprarle una cámara, la mejor del mercado según la dependienta.
-Venga ya, ¿si?- el semáforo se puso en verde y arrancó.
-Ahá. Un amigo me dio la idea.
-Ese amigo tuyo es un genio, seguro que a la rubia le hace ilusión.
-Algún día te lo presentaré- comentó, acordándose de Zayn-. Pues eso espero. No te creas que valía poco.
-¡Pero si eres un cantante famoso! Seguro que aún te queda para comprarte una casa en la costa- Liam respondió con una risa mezclada con un suspiro-. Entonces supongo que quieres que quede con Chelsea y que la engañe, haciéndola creer que solo estaremos nosotros y Ed, porque supongo que querrá ver su reacción, y que luego aparezcas tú, ¿verdad?
-Bingo.
-¡Bah! Yo tenia línea- bromeo.
-¿Cuándo te viene bien?- su chiste fue tan malo que ni se molestó en comentarlo.
-Ah, ¿es que soy yo el que tiene la agenda repleta de entrevistas y conciertos?
-Tu tienes un bebe, también estarás atareado. ¿Qué tal mañana por la tarde?
-Vale, pero mucho tiempo libre tienes tú para ser quien eres.
-Justo te digo mañana porque hoy tengo ensayo.
-Pues me parece bien- afirmó-. ¡Sal tu a abrir, yo voy a poner la mesa!- al fondo se oyó el llanto de Rosie- Mañana ven a las seis a casa de Juliet. Y tráete la cámara.
(Por favor, leed lo que viene después de la foto :3)
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Tras más de
dos meses, traigo un capítulo nuevo. Este, para compensar, tiene más de 11
hojas en mi versión del Word si no contamos las fotos, el gif y el link a la
canción de Youtube.
Me ha costado
sacarlo porque ando un poco sin saber cómo seguir la novela, así que me
encantaría que, por favor, me comentarais qué os ha parecido o al menos que me
aviséis de que la habéis leído.
Gracias por
leer :)
Att: Amber
Fletcher